“Un espacio para Tea” es una intervención realizada en una casa-habitación en el Estado de México. La protagonista indiscutible es la imponente escultura de la titánide Tea, figura mitológica asociada con el origen de la luz.

El objetivo principal fue crear un entorno que permitiera contemplar la escultura tanto desde el interior como desde el exterior de la casa. Se eligió cuidadosamente un punto estratégico para su colocación, privilegiando su accesibilidad, ya que puede ser girada manualmente. La escultura descansa sobre un espejo de agua que se desborda sutilmente por un costado, generando una atmósfera serena. Así, al disfrutar un desayuno en la terraza frontal, no solo se contempla la pieza, sino que también se escucha el sonido relajante del agua en movimiento.

El diseño del pasillo que conecta la terraza con la escultura también resolvió una necesidad funcional: ocultar un tanque de gas ubicado bajo la estructura. Para mantener una ventilación adecuada, se incorporó una celosía que integra estética y funcionalidad sin romper la armonía visual. La iluminación jugó un papel clave en el proyecto. Escalones, muros, árboles y el agua misma fueron cuidadosamente iluminados para enfatizar la experiencia espacial tanto de día como de noche. Este trabajo fue realizado por el diseñador de iluminación Arturo Meza, quien logró resaltar la escultura y su entorno con sutileza y precisión.