El objetivo principal de este proyecto fue diseñar un espacio pensado para recibir a la familia y celebrar la vida en comunidad, combinando comodidad, funcionalidad y un ambiente auténticamente acogedor.

La construcción se realizó en ladrillo aparente, lo que aporta una textura cálida y atemporal al conjunto. Como homenaje a nuestras raíces, se integraron motivos prehispánicos en la decoración, evocando un sentido de identidad, tradición y pertenencia. Estos elementos no solo enriquecen visualmente el espacio, sino que conectan emocionalmente a quienes lo habitan con su historia y su cultura.

El entorno natural que rodea el proyecto juega un papel esencial: vegetación, luz natural y materiales orgánicos se combinan para crear un refugio armónico, donde la vida fluye al ritmo de las estaciones. Cada detalle — desde la orientación de los espacios hasta la elección de los acabados— fue cuidadosamente pensado para fomentar la convivencia, el descanso y la creación de recuerdos significativos.

Es un lugar diseñado para compartir, para celebrar cumpleaños, comidas familiares, tardes tranquilas o largas sobremesas, donde la arquitectura se convierte en el marco ideal para construir momentos inolvidables.